Saludo del director

Son ya dos décadas las que llevo enseñando matemáticas en el IES Peñalba y considero que es este un tiempo prudencial como para poder afirmar sin miedo a equivocarme que conozco bien este Instituto. Y cuando digo Instituto no me quiero referir precisamente al edificio de paredes blancas, de grandes ventanales y de interiores vitalistas. Me quiero referir a sus profesores, a sus alumnos y a sus familias.
Han sido decenas de profesores los que han pasado por el IES Peñalba a lo largo de los años y algo más de una treintena los que actualmente conformamos el Clustro de profesores. Y en todos ellos he visto siempre la misma profesionalidad, el mismo compromiso y la misma ilusión. Cada uno de nosotros, lógicamente, con nuestra propia manera de explicar contenidos y de tratar con adolescentes, pero todos con una vocación clara por tratar de conducir alumnos de la infancia a la madurez, con una pasión por modelar personas valiosas, con un objetivo común de cultivar en nuestros alumnos el intelecto y el espíritu.
Y cientos habéis sido los alumnos que habéis ocupado nuestras aulas. Observo vuestras caras a diario desde mi despacho en la hilera interminable de orlas que cuelgan en el pasillo de entrada al instituto. Sois, ciertamente, los auténticos protagonistas del Peñalba. No siempre es fácil haceros ver en una etapa tan convulsa como es la adolescencia la importancia del estudio, pero sin lugar a duda merece la pena el esfuerzo de trabajar a diario con vosotros. De hecho, con el paso de los años, sois vosotros mismos como ex-alumnos del Peñalba los que admitís abiertamente tener unos magníficos recuerdos de vuestro Instituto, plagados de anécdotas y de risas entre examen y examen.
Como bisagra fundamental entre el profesorado y el alumnado se encuentran las familias. Las familias de Moral de Calatrava siempre han ejercido, y no dudo que lo seguirán haciendo, un papel esencial en la vida de nuestro centro. Y es que son ellas las que, apoyando la labor del profesorado, están continuamente velando por que sus hijos reciban la mejor educación posible en el Peñalba. No puedo más que agradecer desde estas líneas vuestro compromiso con nuestro Instituto y seguir socilitando vuestra colaboración para ir solventando los contratiempos y encarando los desafíos que siempre están por llegar.
Es para mí, por tanto, una auténtica satisfacción ocupar la dirección del Peñalba y trabajar de la mano con un excelente equipo de profesores para seguir instruyendo a los adolescentes de Moral de Calatrava en el buen puñado de materias que enseñamos a diario. La puerta del despacho de dirección, así como las del resto de despachos de los miembros del Equipo Directivo, siempre están y estarán abiertas para recibir sugerencias y críticas. No hay otro modo de que, entre todos, sigamos haciendo de nuestro Instituto una casa común de alumnos, profesores y familias. Una casa de paredes blancas, de grandes ventanales y de interiores vitalistas que cobra vida a diario para convertirse en el Peñalba.
Óscar Parada Maroto
Director del IES Peñalba